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  • Utilizará como defensores de la fortaleza al pueblo de un dios extranjero; y a todo el que lo reconozca lo colmará de honores, le dará autoridad sobre muchos y le distribuirá parcelas de tierra. (Daniel 11, 39)

  • porque él les enseñaba como quien tiene autoridad y no como sus escribas. (Mateo 7, 29)

  • Pero Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. (Mateo 20, 25)

  • Jesús entró en el Templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, para decirle: «¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te ha dado esa autoridad?». (Mateo 21, 23)

  • Jesús les respondió: «Yo también quiero hacerles una sola pregunta. Si me responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas. (Mateo 21, 24)

  • Por eso respondieron a Jesús: «No sabemos». Él, por su parte, les respondió: «Entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago esto». (Mateo 21, 27)

  • Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. (Marcos 1, 22)

  • Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!». (Marcos 1, 27)

  • Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad. (Marcos 10, 42)

  • y le dijeron: «¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿O quién te dio autoridad para hacerlo?». (Marcos 11, 28)

  • Jesús les respondió: «Yo también quiero hacerles una sola pregunta. Si me responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas. (Marcos 11, 29)

  • respondieron a Jesús: «No sabemos». Y él les respondió: «Yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas». (Marcos 11, 33)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina