pronađen 49 Rezultati za: Iehoiadá

  • Entonces el sacerdote Iehoiadá impartió órdenes a los centuriones encargados de la tropa, diciéndoles: "¡Háganla salir de entre las filas! Si alguien la sigue, que sea pasado al filo de la espada". Porque el sacerdote había dicho: "No la maten en la Casa del Señor". (II Crónicas 23, 14)

  • Iehoiadá selló una alianza entre el Señor, el rey y todo el pueblo, comprometiéndose este a ser el pueblo del Señor. (II Crónicas 23, 16)

  • Iehoiadá estableció puestos de guardia en la Casa del Señor, a las órdenes de los sacerdotes que David había distribuido en la Casa del Señor, para ofrecer holocaustos al Señor -como está escrito en la Ley de Moisés- con alegría y con cantos, según las prescripciones de David. (II Crónicas 23, 18)

  • Joás hizo lo que es recto a los ojos del Señor mientras vivió el sacerdote Iehoiadá. (II Crónicas 24, 2)

  • Entonces el rey llamó al Sumo Sacerdote Iehoiadá y le preguntó: "¿Por qué no les has insistido a los levitas para que traigan de Judá y de Jerusalén las contribuciones que Moisés, el servidor de Dios, y la asamblea de Israel prescribieron para la Carpa del Testimonio? (II Crónicas 24, 6)

  • El rey y Iehoiadá se lo entregaban a los encargados de las obras de la Casa del Señor, y estos contrataban albañiles y carpinteros para restaurar la Casa del Señor, y también herreros y fundidores de bronce para repararla. (II Crónicas 24, 12)

  • Y una vez terminada la obra, trajeron el resto del dinero al rey y a Iehoiadá, a fin de que se fabricaran utensilios para la Casa del Señor: recipientes para el uso litúrgico y para los holocaustos, vasos y objetos de oro y plata. Mientras vivió Iehoiadá se ofrecieron continuamente holocaustos en la Casa del Señor. (II Crónicas 24, 14)

  • Iehoiadá envejeció y murió colmado de días, cuando tenía ciento treinta años. (II Crónicas 24, 15)

  • Después de la muerte de Iehoiadá, los jefes de Judá fueron a postrarse delante del rey, y este se dejó llevar por sus palabras. (II Crónicas 24, 17)

  • El espíritu de Dios revistió a Zacarías, hijo del sacerdote Iehoiadá, y este se presentó delante del pueblo y les dijo: "Así habla Dios: ¿Por qué quebrantan los mandamientos del Señor? Así no conseguirán nada. ¡Por haber abandonado al Señor, él los abandonará a ustedes!". (II Crónicas 24, 20)

  • El rey Joás no se acordó de la fidelidad que le había profesado Iehoiadá, padre de Zacarías, e hizo matar a su hijo, el cual exclamó al morir: "¡Que el Señor vea esto y les pida cuenta!". (II Crónicas 24, 22)

  • y cuando se fueron, lo dejaron gravemente enfermo. Sus servidores tramaron una conspiración contra él para vengar la sangre del hijo del sacerdote Iehoiadá, y lo mataron cuando estaba en su lecho. Así murió, y fue sepultado en la Ciudad de David, pero no en el sepulcro de los reyes. (II Crónicas 24, 25)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina