pronađen 474 Rezultati za: Mesa de los Panes de la Presencia en la Biblia

  • Moisés se alejó de la presencia del Faraón y oró al Señor. (Exodo 10, 18)

  • El Faraón dijo a Moisés: "¡Fuera de aquí! Y no te atrevas a comparecer otra vez en mi presencia, porque apenas lo hagas, morirás". (Exodo 10, 28)

  • Luego vendrán todos tus servidores a inclinarse ante mí, y me dirán: ‘¡Váyanse, tú y el pueblo que está bajo tus órdenes!’. Después me iré". Y lleno de indignación, Moisés se alejó de la presencia del Faraón. (Exodo 11, 8)

  • Y esa misma noche comerán la carne asada al fuego, con panes sin levadura y verduras amargas. (Exodo 12, 8)

  • Durante siete días ustedes comerán panes sin levadura. A partir del primer día, harán desaparecer la levadura de sus casas, porque todo el que coma pan fermentado, desde el primer día hasta el séptimo, será excluido de Israel. (Exodo 12, 15)

  • En una palabra, no podrán comer nada fermentado; cualquiera sea el lugar donde habiten, comerán panes ácimos. (Exodo 12, 20)

  • Luego Jetró ofreció un holocausto y sacrificios a Dios, y Aarón y todos los ancianos de Israel fueron a participar de la comida con el suegro de Moisés, en la presencia de Dios. (Exodo 18, 12)

  • Tú harás, además, una mesa de madera de acacia, de un metro de largo por medio metro de ancho y setenta y cinco centímetros de alto. (Exodo 25, 23)

  • Después harás cuatro argollas de oro, y las ajustarás a los cuatro ángulos que forman las cuatro patas de la mesa. (Exodo 25, 26)

  • Las argollas estarán bien cerca del borde, a fin de que sirvan de sostén a las andas que se usarán para transportar la mesa. (Exodo 25, 27)

  • Harás las andas de madera de acacia y las recubrirás de oro; ellas servirán para transportar la mesa. (Exodo 25, 28)

  • Y sobre la mesa pondrás los panes de la ofrenda, que estarán siempre ante mí. (Exodo 25, 30)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina