pronađen 36 Rezultati za: abominación

  • Además, habían destruido la Abominación que él había erigido sobre el altar de Jerusalén y habían rodeado el Santuario de altas murallas como antes, haciendo lo mismo con Betsur, que era una de las ciudades del rey. (I Macabeos 6, 7)

  • Hay seis cosas que detesta el Señor, y siete que son para él una abominación: (Proverbios 6, 16)

  • Sí, mi boca profiere la verdad, la maldad es una abominación para mis labios. (Proverbios 8, 7)

  • Deseo cumplido es deleite para el alma, apartarse del mal es una abominación para los necios. (Proverbios 13, 19)

  • El sacrificio de los malvados es una abominación, ¡cuánto más si se lo ofrece con infamia! (Proverbios 21, 27)

  • Si uno aparta su oído para no oír la Ley, hasta su plegaria es una abominación. (Proverbios 28, 9)

  • Por eso también serán juzgados los ídolos de las naciones, ya que, entre las criaturas de Dios, se convirtieron en una abominación, en motivo de escándalo para las almas de los hombres y en una trampa para los pies de los insensatos. (Sabiduría 14, 11)

  • Porque el comienzo del orgullo es el pecado y el que persiste en él, hace llover la abominación: por eso el Señor envió calamidades imprevistas y arrasó a los soberbios hasta aniquilarlos. (Eclesiástico 10, 13)

  • El Señor detesta toda abominación, y nada abominable es amado por los que lo temen. (Eclesiástico 15, 13)

  • Vuelve al Altísimo, apártate de la injusticia y odia profundamente toda abominación. (Eclesiástico 17, 26)

  • No me sigan trayendo vanas ofrendas; el incienso es para mí una abominación. Luna nueva, sábado, convocación a la asamblea... ¡no puedo aguantar la falsedad y la fiesta! (Isaías 1, 13)

  • Ninguno reflexiona, ni tiene conocimiento e inteligencia, para pensar: "Quemé la mitad al fuego, hice cocer el pan sobre las brasas, asé la carne y la comí, y con el resto, haré una Abominación: ¡Voy a adorar un tronco de árbol!". (Isaías 44, 19)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina