pronađen 1267 Rezultati za: ejército de David

  • Barac persiguió a los carros y al ejército hasta Jaróset Ha Goím, y todo el ejército de Sísara cayó al filo de la espada. No quedó ni un solo sobreviviente. (Jueces 4, 16)

  • Pero los jefes de Sucot le respondieron: "¿Acaso tienes prisioneros a Zébaj y a Salmuná para que le demos pan a tu ejército?". (Jueces 8, 6)

  • Zébaj y Salmuná estaban en Carcor con su ejército. Eran unos quince mil hombres, es decir, todos los sobrevivientes del campamento de los Orientales. Los que habían caído eran ciento veinte mil armados de espada. (Jueces 8, 10)

  • Gedeón subió por el camino de los nómadas, al este de Nóbaj y de Iogbohá, y derrotó al ejército, cuando ya se creían seguros. (Jueces 8, 11)

  • Zébaj y Salmuná, reyes de Madián, trataron de huir, pero Gedeón los persiguió, los capturó a los dos y sembró el pánico en todo el ejército. (Jueces 8, 12)

  • ¡Si pusieran a este pueblo en mis manos, yo expulsaría a Abimélec, desafiándolo a que refuerce su ejército y salga a combatir!". (Jueces 9, 29)

  • Las vecinas le dieron un nombre, diciendo: "Le ha nacido un hijo a Noemí", y lo llamaron Obed. Este fue el padre de Jesé, el padre de David. (Rut 4, 17)

  • Obed fue padre de Jesé y Jesé fue padre de David. (Rut 4, 22)

  • Pero ellos olvidaron al Señor, su Dios, y él los entregó en manos de Sísara, el jefe del ejército de Jasor, y en manos de los filisteos y del rey de Moab, que les hicieron la guerra. (I Samuel 12, 9)

  • Así, el día de la batalla de Micmás, nadie del ejército que estaba con Saúl y Jonatán tenía en la mano una espada o una lanza. Sólo la tenían Saúl y su hijo Jonatán. (I Samuel 13, 22)

  • La mujer de Saúl se llamaba Ajinóam, hija de Ajimáas. El jefe de su ejército se llamaba Abner, hijo de Ner, tío de Saúl. (I Samuel 14, 50)

  • Samuel tomó el frasco de óleo y lo ungió en presencia de sus hermanos. Y desde aquel día, el espíritu del Señor descendió sobre David. Samuel, por su parte, partió y se fue a Ramá. (I Samuel 16, 13)


“Jesus está com você, e o Cireneu não deixa de ajudar-te a subir o Calvário.” São Padre Pio de Pietrelcina