pronađen 1362 Rezultati za: reino de David

  • ¡Porque el Reino de Dios no es cuestión de palabras sino de poder! (I Corintios 4, 20)

  • ¿Ignoran que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No se hagan ilusiones: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los pervertidos, (I Corintios 6, 9)

  • ni los ladrones, ni los avaros, ni los bebedores, ni los difamadores, ni los usurpadores heredarán el Reino de Dios. (I Corintios 6, 10)

  • En seguida vendrá el fin, cuando Cristo entregue el Reino a Dios, el Padre, después de haber aniquilado todo Principado, Dominio y Poder. (I Corintios 15, 24)

  • Les aseguro, hermanos, que lo puramente humano no puede tener parte en el Reino de Dios, ni la corrupción puede heredar lo que es incorruptible. (I Corintios 15, 50)

  • y envidias, ebriedades y orgías, y todos los excesos de esta naturaleza. Les vuelvo a repetir que los que hacen estas cosas no poseerán el Reino de Dios. (Gálatas 5, 21)

  • Y sépanlo bien: ni el hombre lujurioso, ni el impuro, ni el avaro -que es un idólatra- tendrán parte en la herencia del Reino de Cristo y de Dios. (Efesios 5, 5)

  • Porque él nos libró del poder de las tinieblas y nos hizo entrar en el Reino de su Hijo muy querido, (Colosenses 1, 13)

  • Igualmente los saluda Jesús, el que es llamado Justo. De los que provienen del Judaísmo, estos son los únicos que trabajan conmigo por el Reino de Dios: por eso han sido un consuelo para mí. (Colosenses 4, 11)

  • instándoles a que lleven una vida digna del Dios que los llama a su Reino y a su gloria. (I Tesalonicenses 2, 12)

  • En esto se manifiesta el justo Juicio de Dios, para que ustedes sean encontrados dignos del Reino de Dios por el cual tienen que sufrir. (II Tesalonicenses 1, 5)

  • Acuérdate de Jesucristo, que resucitó de entre los muertos y es descendiente de David. Esta es la Buena Noticia que yo predico, (II Timoteo 2, 8)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina