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  • No difamarás a tus compatriotas, ni pondrás en peligro la vida de tu prójimo. Yo soy el señor. (Levítico 19, 16)

  • El que hiera mortalmente a un animal, pagará la indemnización correspondiente: vida por vida. (Levítico 24, 18)

  • yo, a mi vez, los trataré de la misma manera: haré que el terror los domine -la debilidad y la fiebre que consumen los ojos y desgastan la vida-. En vano plantarán sus semillas, porque las comerán sus enemigos. (Levítico 26, 16)

  • Por eso, diles: ‘Juro por mi vida, palabra del Señor, que los voy a tratar conforme a las palabras que ustedes han pronunciado. (Números 14, 28)

  • Ella me vio y se apartó de mí tres veces. Hizo muy bien en apartarse, porque de lo contrario yo te hubiera matado, mientras que a ella la hubiera dejado con vida". (Números 22, 33)

  • Balaam dijo al Ángel del Señor: "He pecado, porque no sabía que tú estabas apostado delante de mí en el camino. Si esto te desagrada, ahora mismo regreso". (Números 22, 34)

  • y les dijo: "¿Por qué han perdonado la vida a todas las mujeres? (Números 31, 15)

  • Además, debes separar para el Señor, como tributo de los guerreros que han ido al combate, una vida de cada quinientas, tanto de las personas como del ganado mayor, de los asnos y del ganado menor. (Números 31, 28)

  • De la mitad que corresponda a los demás israelitas, tanto de las personas como de los animales -del ganado mayor, de los asnos y del ganado menor- tomarás una vida por cada cincuenta y se las entregarás a los levitas que realizan tareas en la Morada del Señor". (Números 31, 30)

  • No aceptarán ningún rescate por la vida de un asesino, porque debe morir. (Números 35, 31)

  • para que en ellas se refugiara el homicida que hubiera matado a alguien involuntariamente, sin haberlo odiado antes: buscando asilo en una de esas ciudades, salvaría su vida. (Deuteronomio 4, 42)

  • No la hizo con nuestros padres, sino con nosotros, los que hoy estamos aquí, todos con vida. (Deuteronomio 5, 3)


“A oração é a efusão de nosso coração no de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina