pronađen 46 Rezultati za: Arrojado

  • Cuando Yahveh tu Dios te haya introducido en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesión, y haya arrojado delante de ti a naciones numerosas: hititas, guirgasitas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas y jebuseos, siete naciones más numerosas y fuertes que tú, (Deuteronomio 7, 1)

  • Yahveh los ha arrancado de su suelo con ira, furor y gran indignación, y los ha arrojado a otro país donde hoy están.» (Deuteronomio 29, 27)

  • Cuando te sucedan todas estas cosas, la bendición y la maldición que te he propuesto, si las meditas en tu corazón en medio de las naciones donde Yahveh tu Dios te haya arrojado, (Deuteronomio 30, 1)

  • Yahveh ha arrojado de vuestra presencia a pueblos numerosos y fuertes, y nadie os ha podido resistir hasta el presente. (Josué 23, 9)

  • mientras que tú has hecho más mal que todos los que fueron antes que tú, y has ido a hacerte otros dioses, imágenes fundidas, para irritarme, y me has arrojado detrás de tus espaldas, (I Reyes 14, 9)

  • Hasta consagrados a la prositución hubo en la tierra. Hicieron todas las abominaciones de las gentes que Yahveh había arrojado de delante de los israelitas. (I Reyes 14, 24)

  • y le dijeron: «Hay entre tus siervos cincuenta hombres valerosos; que vayan a buscar a tu señor, no sea que el espíritu de Yahveh se lo haya llevado y le haya arrojado en alguna montaña o algún valle.» El dijo: «No mandéis a nadie.» (II Reyes 2, 16)

  • Fueron tras ellos hasta el Jordán, y todo el camino estaba lleno de vestidos y objetos que habían arrojado los arameos en su precipitación. Los mensajeros volvieron y se lo communicaron al rey. (II Reyes 7, 15)

  • Anduvo por el camino de los reyes de Israel e incluso hizo pasar por el fuego a su hijo, según las abominaciones de las naciones que Yahveh había arrojado ante los israelitas. (II Reyes 16, 3)

  • siguiendo las costumbres de las naciones que Yahveh había arrojado delante de ellos. (II Reyes 17, 8)

  • Quemó incienso en el valle de Ben Hinnom e hizo pasar a sus hijos por el fuego, según los ritos abominables de las gentes que Yahveh había arrojado de delante de los israelitas. (II Crónicas 28, 3)

  • di mi pan a los hambrientos y vestido a los desnudos; y si veía el cadaver de alguno de los de mi raza arrojado extramuros de Nínive, le daba sepultura. (Tobías 1, 17)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina