pronađen 91 Rezultati za: Canaán

  • Murió Sara en Quiryat Arbá - que es Hebrón - en el país de Canaán, y Abraham hizo duelo por Sara y la lloró. (Génesis 23, 2)

  • Después Abraham sepultó a su mujer Sara en la cueva del campo de la Makpelá frente a Mambré (es Hebrón), en Canaán. (Génesis 23, 19)

  • Llamó, pues, Isaac a Jacob, le bendijo y le dio esta orden: «No tomes mujer de las hijas de Canaán. (Génesis 28, 1)

  • Vio Esaú que Isaac había bendecido a Jacob, y le enviaba a Paddán Aram a tomarse mujer allí, y que al bendecirle le había dado esta orden: «No tomes mujer de las hijas de Canaán», (Génesis 28, 6)

  • Vio, pues, Esaú que las hijas de Canaán eran mal vistas de su padre Isaac, (Génesis 28, 8)

  • y se llevó todo su ganado y toda la hacienda que había adquirido, el ganado de su propiedad, que había adquirido en Paddán Aram, para irse a donde su padre Isaac a Canaán. (Génesis 31, 18)

  • Oholibamá le dio a Yeús, Yalam y Coré. Estos son los hijos que le nacieron a Esaú en Canaán. (Génesis 36, 5)

  • Jacob, por su parte, se estableció en el que fue país residencial de su padre, el país de Canaán. (Génesis 37, 1)

  • Vio José a sus hermanos y los reconoció, pero él no se dio a conocer, y hablándoles con dureza les dijo: «¿De dónde venís?» Dijeron: «De Canaán, para comprar viveres.» (Génesis 42, 7)

  • Llegaron donde su padre, a Canaán, y le manifestaron todas sus aventuras, diciéndole: (Génesis 42, 29)

  • que éramos doce hermanos, hijos del mismo padre; que uno de nosotros no existía, y que el otro se encontraba actualmente con nuestro padre en Canaán. (Génesis 42, 32)

  • De modo que te hemos devuelto desde Canaán la plata que encontramos en la boca de nuestras talegas, ¿e íbamos a robar ahora de casa de nuestro señor plata ni oro? (Génesis 44, 8)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina