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  • Durante siete días no se verá junto a ti levadura, en todo tu territorio, y de la carne que hayas sacrificado la tarde del primer día no deberá quedar nada para la mañana siguiente. (Deuteronomio 16, 4)

  • asimismo tenían a su cargo disponer en filas los panes, la flor de harina para la oblación, las tortas sin levadura, lo frito en la sartén, lo cocido y toda clase de medidas de capacidad y longitud. (I Crónicas 23, 29)

  • El día catorce del primer mes será para vosotros la fiesta de la Pascua. Durante siete días se comerá el pan sin levadura. (Ezequiel 45, 21)

  • quemad levadura en acción de gracias, y pregonad las ofrendas voluntarias, voceadlas, ya que es eso lo que os gusta, hijos de Israel!, oráculo del Señor Yahveh. (Amós 4, 5)

  • Les dijo otra parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.» (Mateo 13, 33)

  • Jesús les dijo: «Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos.» (Mateo 16, 6)

  • ¿Cómo no entendéis que no me refería a los panes? Guardaos, sí, de la levadura de los fariseos y saduceos.» (Mateo 16, 11)

  • Entonces comprendieron que no había querido decir que se guardasen de la levadura de los panes, sino de la doctrina de los fariseos y saduceos. (Mateo 16, 12)

  • El les hacía esta advertencia: «Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.» (Marcos 8, 15)

  • En esto, habiéndose reunido miles y miles de personas, hasta pisarse unos a otros, se puso a decir primeramente a sus discípulos: «Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. (Lucas 12, 1)

  • Es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.» (Lucas 13, 21)

  • ¡No es como para gloriaros! ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? (I Corintios 5, 6)


“Todas as percepções humanas, de onde quer que venham, incluem o bem e o mal. É necessário saber determinar e assimilar todo o bem e oferecê-lo a Deus, e eliminar todo o mal.” São Padre Pio de Pietrelcina