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  • Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto. (Romanos 12, 2)

  • Porque ¿quién conoció la mente del Señor para instruirle? Pero nosotros tenemos la mente de Cristo. (I Corintios 2, 16)

  • Porque si oro en lengua, mi espíritu ora, pero mi mente queda sin fruto. (I Corintios 14, 14)

  • Entonces, ¿qué hacer? Oraré con el espíritu, pero oraré también con la mente. Cantaré salmos con el espíritu, pero también los cantaré con la mente. (I Corintios 14, 15)

  • pero en la asamblea, prefiero decir cinco palabras con mi mente, para instruir a los demás, que 10.000 en lengua. (I Corintios 14, 19)

  • Os digo, pues, esto y os conjuro en el Señor, que no viváis ya como viven los gentiles, según la vaciedad de su mente, (Efesios 4, 17)

  • a renovar el espíritu de vuestra mente, (Efesios 4, 23)

  • Que nadie os prive del premio a causa del gusto por ruines prácticas, del culto de los ángeles, obesionado por lo que vio, vanamente hinchado por su mente carnal, (Colosenses 2, 18)

  • Del mismo modo que Jannés y Jambrés se enfrentaron a Moisés, así también estos se oponen a la verdad; son hombres de mente corrompida, descalificados en la fe. (II Timoteo 3, 8)

  • Para los limpios todo es limpio; mas para los contaminados e incrédulos nada hay limpio, pues su mente y conciencia están contaminadas. (Tito 1, 15)

  • Esta es la Alianza que pactaré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en su mente, en sus corazones las grabaré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. (Hebreos 8, 10)

  • Esta es la Alianza que pactaré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en su mente las grabaré, (Hebreos 10, 16)


“Mesmo quando perdemos a consciência deste mundo, quando parecemos já mortos, Deus nos dá ainda uma chance de entender o que é realmente o pecado, antes de nos julgar. E se entendemos corretamente, como podemos não nos arrepender?” São Padre Pio de Pietrelcina