pronađen 1758 Rezultati za:

  • Ten por norma las palabras sanas que oíste de mí en la fe y en la caridad de Cristo Jesús. (II Timoteo 1, 13)

  • y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos confíalo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, de instruir a otros. (II Timoteo 2, 2)

  • los hombres serán egoístas, avaros, fanfarrones, soberbios, difamadores, rebeldes a los padres, ingratos, irreligiosos, (II Timoteo 3, 2)

  • Del mismo modo que Jannés y Jambrés se enfrentaron a Moisés, así también estos se oponen a la verdad; son hombres de mente corrompida, descalificados en la fe. (II Timoteo 3, 8)

  • Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; (II Timoteo 4, 3)

  • apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas. (II Timoteo 4, 4)

  • y no den oídos a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad. (Tito 1, 14)

  • Por tanto, es preciso que prestemos mayor atención a lo que hemos oído, para que no nos extraviemos. (Hebreos 2, 1)

  • que es fiel al que le instituyó, como lo fue también Moisés en toda su casa. (Hebreos 3, 2)

  • Pues ha sido juzgado digno de una gloria en tanto superior a la de Moisés, en cuanto la dignidad del constructor de la casa supera a la casa misma. (Hebreos 3, 3)

  • Ciertamente, Moisés fue fiel en toda su casa, como servidor, para atestiguar cuanto había de anunciarse, (Hebreos 3, 5)

  • Por eso, como dice el Espíritu Santo: Si oís hoy su voz, (Hebreos 3, 7)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina