pronađen 920 Rezultati za: muros de Jerusalén

  • Se conjuraron contra él en Jerusalén y huyó a Lakís, pero enviaron gente en su persecución hasta Lakís y allí lo mataron. (II Reyes 14, 19)

  • Trajéronle a caballo y le sepultaron en Jerusalén con sus padres, en la Ciudad de David. (II Reyes 14, 20)

  • Tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar y reinó 52 años en Jerusalén; el nombre de su madre era Yekolía de Jerusalén. (II Reyes 15, 2)

  • Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén; el nombre de su madre era Yerusá, hija de Sadoq. (II Reyes 15, 33)

  • Tenía Ajaz veinte años cuando comenzó a reinar y reinó dieciséis años en Jerusalén. No hizo lo recto a los ojos de Yahveh su Dios, como su padre David. (II Reyes 16, 2)

  • Entonces subió Rasón, rey de Aram, y Pecaj, hijo de Remalías, rey de Israel, para combatir a Jerusalén y la cercaron, pero no pudieron conquistarla. (II Reyes 16, 5)

  • Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar y reinó veintinueve años en Jerusalén; el nombre de su madre era Abía, hija de Zacarías. (II Reyes 18, 2)

  • El rey de Asiria envió desde Lakís a Jerusalén, donde el rey Ezequías, al copero mayor con un fuerte destacamento. Subió a Jerusalén y en llegando se colocó en el canal de la alberca superior que está junto al camino del campo del Batanero. (II Reyes 18, 17)

  • Pero vais a decirme: "Nosotros confiamos en Yahveh, nuestro Dios." ¿No ha sido él, Ezequías, quien ha suprimido los altos y los altares y ha dicho a Judá y a Jerusalén: "Os postraréis delante de este altar en Jerusalén?" (II Reyes 18, 22)

  • ¿Quiénes, de entre todos los dioses de los países, los han librado de mi poder para que libre Yahveh a Jerusalén de mi mano?» (II Reyes 18, 35)

  • «Así hablaréis a Ezequías, rey de Judá: No te engañe tu Dios en el que confías pensando: "No será entregada Jerusalén en manos del rey de Asiria". (II Reyes 19, 10)

  • Esta es la palabra que Yahveh pronuncia contra él: Ella te desprecia, ella te hace burla, la virgen hija de Sión. Mueve la cabeza a tus espaldas, la hija de Jerusalén. (II Reyes 19, 21)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina