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  • Total de las ciudades de los levitas en medio de la propiedad de los israelitas: 48 ciudades con sus pastos. (Josué 21, 41)

  • Cada una de las ciudades comprendía la ciudad y los pastos circundantes. Así todas las ciudades mencionadas. (Josué 21, 42)

  • Se dirigieron a la entrada de Guerar, hasta el oriente del valle, buscando pastos para sus ganados. (I Crónicas 4, 39)

  • Y hallaron pastos pingües y buenos y una tierra espaciosa, tranquila y segura, pues antes habían morado allí los descendientes de Cam. (I Crónicas 4, 40)

  • Estos que se han citado por sus nombres vinieron en tiempos de Ezequías, rey de Judá, y destruyeron las tiendas de aquéllos, y los refugios que allí se encontraban, entregándolos al anatema hasta el día de hoy; y habitaron en lugar de ellos, ya que había allí pastos para sus ganados. (I Crónicas 4, 41)

  • destilan los pastos del desierto, las colinas se ciñen de alegría; (Salmos 65, 13)

  • Los débiles pacerán en mis pastos y los pobres en seguro se acostarán, mientras que haré morir de hambre tu posteridad, y mataré lo que de ti reste (Isaías 14, 30)

  • ¡Ay de los pastores que dejan perderse y desparrarmarse las ovejas de mis pastos! - oráculo de Yahveh -. (Jeremías 23, 1)

  • «Porque de fornicadores se ha henchido la tierra. (A causa de una maldición se ha enlutado la tierra, se han secado los pastos de la estepa.) Se ha vuelto la carrera de ellos mala y su esfuerzo no recto. (Jeremías 23, 10)

  • Las apacentaré en buenos pastos, y su majada estará en los montes de la excelsa Israel. Allí reposarán en buena majada; y pacerán pingües pastos por los montes de Israel. (Ezequiel 34, 14)

  • ¿Os parece poco pacer en buenos pastos, para que pisoteéis con los pies el resto de vuestros pastos? Os parece poco beber en agua limpia, para que enturbiéis el resto con los pies? (Ezequiel 34, 18)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina