pronađen 434 Rezultati za: pecado

  • pero advierto otra ley en mis miembros que lucha contra la ley de mi razón y me esclaviza a la ley del pecado que está en mis miembros. (Romanos 7, 23)

  • ¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor! Así pues, soy yo mismo quien con la razón sirve a la ley de Dios, mas con la carne, a la ley del pecado. (Romanos 7, 25)

  • Porque la ley del espíritu que da la vida en Cristo Jesús te liberó de la ley del pecado y de la muerte. (Romanos 8, 2)

  • Pues lo que era imposible a la ley, reducida a la impotencia por la carne, Dios, habiendo enviado a su propio Hijo en una carne semejante a la del pecado, y en orden al pecado, condenó el pecado en la carne, (Romanos 8, 3)

  • mas si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia. (Romanos 8, 10)

  • Pero el que come dudando, se condena, porque no obra conforme a la fe; pues todo lo que no procede de la buena fe es pecado. (Romanos 14, 23)

  • ¡Huid de la fornicación! Todo pecado que comete el hombre queda fuera de su cuerpo; mas el que fornica, peca contra su propio cuerpo. (I Corintios 6, 18)

  • El aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado, la Ley. (I Corintios 15, 56)

  • A quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia de Dios en él. (II Corintios 5, 21)

  • Ahora bien, si buscando nuestra justificación en Cristo, resulta que también nosotros somos pecadores, ¿estará Cristo al servicio del pecado? ¡De ningún modo! (Gálatas 2, 17)

  • Pero, de hecho, la Escritura encerró todo bajo el pecado, a fin de que la Promesa fuera otorgada a los creyentes mediante la fe en Jesucristo. (Gálatas 3, 22)

  • antes bien, exhortaos mutuamente cada día mientras dure este hoy, para que ninguno de vosotros se endurezca seducido por el pecado. (Hebreos 3, 13)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina