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  • se dirigía hacia el sur por la cuesta de Acrabín, pasaba por Sin y subía al sur de Cades Barne; pasaba por Jesrón, subía a Adar, desde donde se volvía hacia Carcá; (Josué 15, 3)

  • Cades, Edreí, En Jasor, (Josué 19, 37)

  • Designaron las siguientes: Cades, en Galilea, en la montaña de Neftalí; Siquén, en la montaña de Efraín; Quiriat Arbá, es decir, Hebrón, en la montaña de Judá. (Josué 20, 7)

  • De la tribu de Neftalí, como ciudades de refugio para los homicidas: Cades, en Galilea, Jamot Dor y Racat, con sus respectivos ejidos; tres ciudades. (Josué 21, 32)

  • Ella mandó llamar a Barac, hijo de Abinoán, de Cades, en Neftalí, y le dijo: "El Señor, Dios de Israel, ha ordenado esto: Vete al monte Tabor y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y Zabulón. (Jueces 4, 6)

  • Débora contestó: "Iré contigo; pero el camino que vas a recorrer no será gloria tuya, porque en manos de una mujer entregará el Señor a Sísara". Débora se puso en camino y, con Barac, se dirigió a Cades. (Jueces 4, 9)

  • Barac reunió a Zabulón y a Neftalí en Cades; lo siguieron diez mil hombres, y Débora fue con ellos. (Jueces 4, 10)

  • Jéber, el quenita, se había separado de la tribu de Caín, de los hijos de Jobab, suegro de Moisés, y había plantado sus tiendas alrededor de la encina de Saananín, cerca de Cades. (Jueces 4, 11)

  • porque cuando venía de Egipto, cruzó el desierto hasta el mar Rojo y llegó a Cades. (Jueces 11, 16)

  • Desde allí Israel envió mensajeros al rey de Edón, diciendo: Déjame pasar, por favor, por tu tierra. Pero el rey de Edón no les dejó pasar. Envió también mensajeros al rey de Moab, pero él tampoco le dejó pasar. Por eso se quedó en Cades. (Jueces 11, 17)

  • Después fueron a Galaad y al país de los hititas, a Cades; pasaron a Dan, y desde Dan se volvieron hacia Sidón. (II Samuel 24, 6)

  • En tiempo de Pécaj, rey de Israel, TeglatFalasar, rey de Asiria, fue y tomó Iyón, Abel Bet Maacá, Yanóaj, Cades, Jasor, Galaad, Galilea y todo el país de Neftalí, deportando todos sus habitantes a Asiria. (II Reyes 15, 29)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina