pronađen 7516 Rezultati za: Espíritu del Señor

  • Por lo cual, queridos hermanos, en espera de todas estas cosas, esforzaos por encontraros sin mancha, sin culpa y en paz en presencia del Señor. (II Pedro 3, 14)

  • Tened en cuenta que la paciencia de nuestro Señor es nuestra salvación, como ya os lo escribió nuestro queridísimo hermano Pablo, con la sabiduría que Dios le ha dado; (II Pedro 3, 15)

  • creced más bien en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él la gloria ahora y hasta el día de la eternidad! (II Pedro 3, 18)

  • El que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Por esto conocemos que él permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado. (I Juan 3, 24)

  • Pero nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios nos escucha; y el que no es de Dios no nos escucha. En esto distinguimos el espíritu de la verdad y el espíritu del error. (I Juan 4, 6)

  • Por esto conocemos que estamos con él y él en nosotros: porque él nos ha dado su Espíritu. (I Juan 4, 13)

  • Es él, Jesucristo, el que ha venido con agua y sangre; no sólo con agua, sino con agua y sangre. Y es el Espíritu el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. (I Juan 5, 6)

  • el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo. (I Juan 5, 8)

  • Porque se han infiltrado entre vosotros algunos hombres, destinados desde antiguo a caer en la condenación, gente malvada que han convertido en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan a nuestro único dueño y Señor, Jesucristo. (Judas 1, 4)

  • Quiero recordaros, aunque conozcéis perfectamente todas estas cosas, que el Señor, después de haber liberado al pueblo de la opresión de Egipto, a continuación aniquiló a los incrédulos; (Judas 1, 5)

  • De un modo semejante, también estos, alucinados en sus delirios, manchan su cuerpo, desprecian la autoridad del Señor y blasfeman contra los seres gloriosos. (Judas 1, 8)

  • El mismo arcángel Miguel, cuando luchaba con el demonio disputándole el cuerpo de Moisés, no se atrevió a echarle una maldición, sino que dijo: Que el Señor te reprenda. (Judas 1, 9)


“Se você fala das próprias virtudes para se exibir ou para vã ostentação perde todo o mérito.” São Padre Pio de Pietrelcina