pronađen 48 Rezultati za: Ester

  • Ester respondió: "Si al rey le parece bien, que se conceda también mañana a los judíos ejecutar el decreto en Susa, como lo han hecho hoy, y que se cuelgue en la horca a los diez hijos de Amán". (Ester 9, 13)

  • Pero cuando Ester fue al rey, el rey ordenó por escrito que el proyecto malvado de Amán contra los judíos se llevara a cabo en él. Amán y sus hijos fueron colgados en la horca. (Ester 9, 25)

  • La reina Ester, hija de Abijail, y el judío Mardoqueo escribieron de nuevo para confirmar con su autoridad esta segunda carta. (Ester 9, 29)

  • ordenando celebrar los días de purim y en su fecha exacta, según habían establecido el judío Mardoqueo y la reina Ester, y cómo se habían obligado ellos y su descendencia en cuanto a ayunos y lamentaciones. (Ester 9, 31)

  • El mandato de Ester dio valor de ley a lo referente a purim, y fue escrito en un libro. (Ester 9, 32)

  • la fuentecilla que se convirtió en río abundante de aguas, la luz que se transformó en sol. El río es Ester, a quien el rey tomó por esposa e hizo reina; (Ester 10, 6)

  • También la reina Ester, aterrada por el inminente peligro de muerte que se cernía sobre ella, recurrió al Señor. (Ester 14, 1)

  • Mardoqueo le mandó decir a Ester que se presentase al rey para pedirle clemencia e interceder por su pueblo. (Ester 15, 1)

  • "¿Qué te pasa, Ester? Yo soy tu hermano, no temas. (Ester 15, 12)

  • Y levantando su cetro de oro, lo posó sobre su cuello, besó a Ester y le dijo: "Háblame". (Ester 15, 15)

  • Ester habló: "Te vi, señor, como un ángel de Dios, y mi corazón se turbó por el miedo de tu majestad. (Ester 15, 16)

  • Utilizó toda clase de argucias para exterminar a Mardoqueo, que fue nuestro salvador y nuestro constante bienhechor; a Ester, la irreprochable reina de nuestro imperio, y a toda su raza. (Ester 16, 13)


“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina