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  • Pero nadie le pondrá la mano encima: será matado a pedradas o a flechazos. Hombre o animal, no quedará con vida. Sólo cuando suene el cuerno podrán subir al monte". (Exodo 19, 13)

  • Pero si ya antes el buey acorneaba, y el amo, sabiéndolo, no lo encerró, y el buey mata a un hombre o a una mujer, el buey será matado a pedradas, lo mismo que el dueño. (Exodo 21, 29)

  • Si el buey acornea a un esclavo o a una esclava, el amo del buey pagará treinta monedas de plata al dueño del esclavo o de la esclava, y el buey será matado a pedradas. (Exodo 21, 32)

  • "Di a los israelitas: Cualquier israelita o extranjero residente que entregue alguno de sus hijos a Moloc, será castigado con la muerte: el pueblo lo matará a pedradas. (Levítico 20, 2)

  • Todo hombre o mujer que se dedique a la nigromancia o a la adivinación será matado a pedradas; caiga su sangre sobre ellos". (Levítico 20, 27)

  • "Saca del campamento al blasfemo, pongan sobre su cabeza las manos todos los que han oído la blasfemia, y sea matado a pedradas por toda la comunidad. (Levítico 24, 14)

  • Moisés se lo comunicó a los israelitas, los cuales llevaron al blasfemo fuera del campamento y lo mataron a pedradas; hicieron como el Señor había mandado a Moisés. (Levítico 24, 23)

  • El Señor dijo a Moisés: "Este hombre debe ser condenado a muerte; toda la comunidad lo matará a pedradas fuera del campamento". (Números 15, 35)

  • La comunidad lo sacó fuera del campamento y lo mató a pedradas, tal y como el Señor había ordenado a Moisés. (Números 15, 36)

  • Le matarás a pedradas, pues ha querido apartarte del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la casa de la esclavitud. (Deuteronomio 13, 11)

  • llevarás a las puertas de la ciudad al hombre o a la mujer que haya cometido tal delito y los matarás a pedradas. (Deuteronomio 17, 5)

  • Entonces todos sus conciudadanos lo matarán a pedradas. Así extirparás la maldad de en medio de ti, y todo Israel, al saberlo, cobrará miedo. (Deuteronomio 21, 21)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina