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  • Las riquezas de un hombre son el rescate de su vida, pero el pobre no tiene medios para rescatarse. (Proverbios 13, 8)

  • El hombre de bien deja su herencia a los hijos de sus hijos, las riquezas del injusto están reservadas para el justo. (Proverbios 13, 22)

  • Buena fama es preferible a grandes riquezas, la estima vale más que la plata y el oro. (Proverbios 22, 1)

  • El hombre avaro corre detrás de las riquezas y no se da cuenta de que la miseria va a caer sobre él. (Proverbios 28, 22)

  • Hay un hombre solo y sin compañero; no tiene hijo ni hermano; y, sin embargo, nunca cesa de trabajar, y sus ojos no se hartan de riquezas. Entonces, ¿para quién trabajo yo y me privo de bienestar? También esto es vanidad y una penosa ocupación. (Eclesiastés 4, 8)

  • El que ama el dinero nunca se harta de él; y el que ama las riquezas no obtiene provecho. También esto es vanidad. (Eclesiastés 5, 9)

  • Hay un mal doloroso, que he visto bajo el sol: riquezas guardadas por su dueño para su desgracia. (Eclesiastés 5, 12)

  • Estas riquezas desaparecen en una mala circunstancia; le nace un hijo, y ya no tiene nada en su mano. (Eclesiastés 5, 13)

  • Igualmente, cuando Dios da a un hombre riquezas y hacienda y le permite disfrutar de ellas, tomarse su parte y gozar de su trabajo, eso es un don de Dios. (Eclesiastés 5, 18)

  • un hombre a quien Dios ha dado riquezas, hacienda y honores, y a quien nada falta de cuanto pueda desear; pero Dios no le concede disfrutar de eso, sino que es un extraño quien lo disfruta. Esto es vanidad y un cruel sufrimiento. (Eclesiastés 6, 2)

  • ¿De qué nos ha servido el orgullo? ¿De qué las riquezas de que presumíamos? (Sabiduría 5, 8)

  • Sin malicia la aprendí, sin envidia la comunico; sus riquezas no escondo. (Sabiduría 7, 13)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina