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  • Porque antes de estos días no había salario para el hombre, los animales no pillaban nada, no había seguridad de movimientos para nadie de cara al agresor. Yo mismo había enzarzado a los hombres unos contra otros. (Zacarías 8, 10)

  • Cuando traéis a mi altar alimentos impuros. Y todavía decís: "¿Cómo lo hacemos impuro?". (Malaquías 1, 7)

  • Los espíritus impuros pidieron a Jesús: "Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos". (Marcos 5, 12)

  • de muchos posesos salían los espíritus impuros dando grandes voces, y muchos paralíticos y cojos quedaban curados. (Hechos 8, 7)

  • sino escribirles que se abstengan de las contaminaciones de los ídolos, de la fornicación, de comer sangre o carne de animales ahogados. (Hechos 15, 20)

  • abstenerse de la fornicación, de comer sangre y carne sacrificada a los ídolos o de animales ahogados. Haréis bien en guardaros de estas cosas. Adiós". (Hechos 15, 29)

  • Por lo que respecta a los paganos que han abrazado la fe, les hemos mandado a decir que se debían abstener de la fornicación, de comer sangre y carne sacrificada a los ídolos o de animales ahogados". (Hechos 21, 25)

  • Pues el marido no creyente queda consagrado a Dios por la mujer cristiana, y la mujer no creyente queda consagrada a Dios por el marido cristiano; de lo contrario, vuestros hijos serían impuros, mientras que ahora pertenecen al pueblo de Dios. (I Corintios 7, 14)

  • especialmente los que siguen los deseos impuros de la carne y desprecian la autoridad del Señor. Atrevidos y arrogantes, no tienen miedo en blasfemar contra los seres gloriosos, (II Pedro 2, 10)

  • Estos hombres son como animales irracionales, destinados por ley natural a ser cazados y a morir; hablan mal contra las cosas que no conocen, y morirán como los animales; (II Pedro 2, 12)

  • Pero ellos injurian aun a lo que no conocen; y lo que conocen por instinto, como los animales, sólo les sirve para su ruina. (Judas 1, 10)

  • Los cuatro animales tenían cada uno seis alas, y alrededor y en el interior estaban llenos de ojos. Y repetían sin cesar día y noche: Santo, santo, santo es el Señor, el todopoderoso, el que era, el que es, el que viene. (Apocalipsis 4, 8)


“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina