pronađen 301 Rezultati za: batalla de Jonatán

  • Eliab, su hermano mayor, oyó a David hablar con la gente, montó en cólera y le dijo: "¿Por qué has venido aquí? ¿A quién has dejado aquel pequeño rebaño en el desierto? Conozco bien tu orgullo y la malicia de tu corazón. Has venido sólo para ver la batalla". (I Samuel 17, 28)

  • y todos reconocerán que no es por la espada ni por la lanza como el Señor da la victoria, porque la batalla es de Dios y os entregará en nuestras manos". (I Samuel 17, 47)

  • Cuando David terminó de hablar con Saúl, Jonatán quedó prendado de David, y Jonatán comenzó a amarlo como a sí mismo. (I Samuel 18, 1)

  • Jonatán estableció un pacto con David, porque le amaba como a sí mismo. (I Samuel 18, 3)

  • Saúl comunicó a su hijo Jonatán y a todos sus siervos su intención de hacer morir a David. Entonces Jonatán, que quería mucho a David, (I Samuel 19, 1)

  • Jonatán habló bien de David a su padre Saúl. Y añadió: "No peque el rey contra su siervo David, porque él no ha cometido falta alguna contra ti; al contrario, sus acciones te han sido sumamente útiles. (I Samuel 19, 4)

  • Saúl escuchó las palabras de Jonatán e hizo este juramento: "¡Vive Dios que no morirá!". (I Samuel 19, 6)

  • Jonatán llamó a David y le refirió todo esto. Después le llevó ante Saúl, y David estuvo a su servicio como antes. (I Samuel 19, 7)

  • David huyó de Nayot de Ramá, fue a ver a Jonatán y le dijo: "¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi falta? ¿Qué crimen he cometido contra tu padre para que atente contra mi vida?". (I Samuel 20, 1)

  • David replicó: "Tu padre sabe muy bien que yo soy tu amigo y se dice: Que no lo sepa Jonatán para que no se entristezca. Pero, por la vida del Señor y por tu vida, que estoy a un paso de la muerte". (I Samuel 20, 3)

  • Jonatán dijo a David: "Dime lo que quieres que haga por ti". (I Samuel 20, 4)

  • Jonatán respondió: "¡Lejos de mí tal pensamiento! Si yo llego a saber que mi padre ha decidido matarte, ¿no te advertiría yo mismo?". (I Samuel 20, 9)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina