pronađen 60 Rezultati za: construcción de la torre de babel

  • Los comienzos de su imperio fueron: Babel, Erec, Acad y Calno, en tierra de Senaar. (Génesis 10, 10)

  • Luego dijeron: "Ea, edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Hagámonos famosos y no andemos más dispersos por la tierra". (Génesis 11, 4)

  • El Señor descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban levantando, y (Génesis 11, 5)

  • Por eso se la llamó Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de todos los habitantes de la tierra y los dispersó por toda su superficie. (Génesis 11, 9)

  • Recibieron de manos de Moisés todas las ofrendas que los israelitas habían traído para la construcción del santuario. Los israelitas seguían llevando espontáneamente sus ofrendas todas las mañanas; (Exodo 36, 3)

  • Todo el oro empleado en la obra para la construcción del santuario, procedente de las ofrendas, fue de unos mil ciento cincuenta y cinco kilos, según el peso del santuario. (Exodo 38, 24)

  • Y él les replicó de la misma manera: "Cuando vuelva vencedor, destruiré esta torre". (Jueces 8, 9)

  • Destruyó la torre de Penuel y mató a los hombres de la ciudad. (Jueces 8, 17)

  • Cuando los nobles de Torre Siquén lo supieron, se refugiaron en la cripta del templo de El Berit. (Jueces 9, 46)

  • Toda la tropa cortó una rama; siguieron a Abimelec, amontonaron las ramas sobre la cripta del templo y les prendieron fuego. Y perecieron todos los de Torre Siquén, alrededor de mil entre hombres y mujeres. (Jueces 9, 49)

  • En medio de la ciudad había una torre fortificada. Todos los hombres y mujeres de la ciudad se refugiaron en ella, cerraron la puerta por dentro y subieron a lo alto de la torre. (Jueces 9, 51)

  • Abimelec llegó a la torre y la sitió; se acercó a la puerta para prenderle fuego, (Jueces 9, 52)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina