pronađen 1071 Rezultati za: descendientes de David
Pondré la llave de la casa de David sobre sus hombros: si él abre, nadie cerrará; si cierra, nadie abrirá. (Isaías 22, 22)
Y colgarán de ella toda la gloria de la casa de su padre -vástagos y descendientes-, toda la vasija menuda, desde las copas hasta las jarras. (Isaías 22, 24)
¡Ay Ariel, Ariel, ciudad donde acampó David! Añadid año tras año, cumplan su ciclo las fiestas, (Isaías 29, 1)
te asediaré como David, te cercaré de trincheras y levantaré fortalezas contra ti. (Isaías 29, 3)
Yo defenderé esta ciudad y la salvaré, en atención a mí y a mi siervo David. (Isaías 37, 35)
"Vete a decir a Ezequías. Esto dice el Señor, Dios de tu padre David: He escuchado tu oración, he visto tus lágrimas y te voy a curar. Dentro de tres días podrás subir al templo del Señor. Y te daré quince años más de vida. (Isaías 38, 5)
Prestad oído y venid a mí; escuchad y vivirá vuestra alma. Haré con vosotros un pacto eterno, según la fiel promesa que hice a David. (Isaías 55, 3)
En cuanto a mí, éste es mi pacto con ellos, dice el Señor: Mi espíritu, que reposa en ti, y mis palabras, que he puesto en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus descendientes, ni de la boca de los descendientes de tus descendientes -dice el Señor- desde ahora y por siempre. (Isaías 59, 21)
Y tú les replicarás: "Esto dice el Señor: Voy a emborrachar a todos los habitantes de este país, a los reyes que se sientan en el trono de David, a los sacerdotes, a los profetas y a todos los habitantes de Jerusalén. (Jeremías 13, 13)
entonces, por las puertas de esta ciudad, reyes y príncipes, herederos del trono de David, entrarán montados en carrozas y caballos, ellos y sus ministros, las gentes de Judá y los habitantes de Jerusalén. Y esta ciudad será habitada eternamente. (Jeremías 17, 25)
Casa de David, esto dice el Señor: "Haced justicia cada mañana, librad al oprimido de las manos de sus explotadores, no sea que salte como un fuego mi ira, se encienda y no haya quien la apague a causa de tus acciones perversas. (Jeremías 21, 12)
Escucha la palabra del Señor, oh rey de Judá, que te sientas en el trono de David, tú, así como tus servidores y tu pueblo, los que entráis por estas puertas. (Jeremías 22, 2)