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  • Aarón y sus hijos las mantendrán encendidas de la noche a la mañana delante del Señor, en la tienda de la reunión, en la parte de acá del velo que está delante del testimonio: ley perpetua para los israelitas en todas sus generaciones". (Exodo 27, 21)

  • "Haz venir junto a ti, de en medio de los israelitas, a Aarón, tu hermano, y a sus hijos con él para que sean mis sacerdotes; Aarón, Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar, hijos de Aarón. (Exodo 28, 1)

  • Éstas son las vestiduras que han de preparar: un pectoral y un efod, un manto, una túnica a cuadros, una tiara y un cinturón. Harán las vestiduras sagradas para Aarón y para sus hijos a fin de que me sirvan como sacerdotes. (Exodo 28, 4)

  • Para los hijos de Aarón harás túnicas, cinturones y tiaras que les den gloria y majestad. (Exodo 28, 40)

  • Se los vestirás a Aarón y a sus hijos; y los ungirás, los investirás, los consagrarás y serán mis sacerdotes. (Exodo 28, 41)

  • Aarón y sus hijos los llevarán puestos cuando entren en la tienda de la reunión y cuando se acerquen al altar a oficiar en el santuario, para que no incurran en pecado y mueran. Ley perpetua para Aarón y para toda su descendencia". (Exodo 28, 43)

  • Haces avanzar a Aarón y a sus hijos hasta la puerta de la tienda de la reunión, y los lavas con agua. (Exodo 29, 4)

  • Del mismo modo haces venir a sus hijos y los revistes con las túnicas; (Exodo 29, 8)

  • ciñes la cintura a Aarón y a sus hijos y les pones las tiaras, con lo cual el sacerdocio les pertenecerá en propiedad. Ésta es la ley perpetua. De este modo consagrarás a Aarón y a sus hijos. (Exodo 29, 9)

  • Después llevas el becerro hasta la tienda de la reunión, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre su cabeza. (Exodo 29, 10)

  • Tomas después uno de los carneros, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre su cabeza. (Exodo 29, 15)

  • Tomas el segundo carnero, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre su cabeza. (Exodo 29, 19)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina