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También les dijo: "¿Acaso se trae una lámpara para ocultarla en una vasija o ponerla debajo de la cama? ¿No es para colocarla en el candelero? (Marcos 4, 21)
"Nadie enciende una lámpara y la oculta en una vasija o la pone debajo de la cama; la coloca en un candelabro para que los que entren vean la luz. (Lucas 8, 16)
"Nadie enciende una lámpara y la pone en un lugar escondido ni la oculta en una vasija, sino que la pone en el candelero para que alumbre a los que entren. (Lucas 11, 33)
La lámpara de tu cuerpo son los ojos; si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo estará iluminado; pero si están enfermos, tu cuerpo estará oscuro. (Lucas 11, 34)
Pues si todo tu cuerpo está iluminado, al no haber en él parte alguna oscura, todo él resplandecerá como cuando la lámpara te ilumina con su resplandor". (Lucas 11, 36)
En efecto, se construyó un tabernáculo, en cuya parte anterior se encontraban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición; es lo que se llama el lugar santo. (Hebreos 9, 2)
con lo cual nos confirmamos más aún en la palabra de los profetas. Por tanto, vosotros mismos hacéis bien en poner en ella vuestra atención, como en lámpara que luce en lugar tenebroso hasta que alboree el día y el lucero de la mañana despunte en vuestros corazones. (II Pedro 1, 19)
Acuérdate, pues, de dónde te has caído, arrepiéntete y vuelve a obrar como antes. Porque, si no te conviertes, iré a ti rápidamente y te quitaré el candelabro de su puesto. (Apocalipsis 2, 5)
la luz de la lámpara ya no brillará en ti, ni se oirá jamás en ti la voz del esposo y de la esposa, porque tus comerciantes eran los grandes de la tierra y tus sortilegios han seducido a todas las naciones; (Apocalipsis 18, 23)
La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y su lámpara es el cordero. (Apocalipsis 21, 23)
No habrá ya noche, no tendrán ya necesidad de la luz de una lámpara ni de la del sol, porque el Señor Dios los alumbrará, y reinarán por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 22, 5)