pronađen 31 Rezultati za: mente

  • Esto dice el Señor Dios: Aquel día te vendrán a la mente proyectos y concebirás un plan perverso. (Ezequiel 38, 10)

  • Yo contemplaba en mi cama las visiones de mi mente. De pronto bajó del celo un vigilante, un santo, (Daniel 4, 10)

  • pervirtieron su mente y desviaron sus ojos, que ya no miraban al cielo ni se acordaban de sus justos juicios. (Daniel 13, 9)

  • Porque la mente de este pueblo está embotada, tienen tapados los oídos y los ojos cerrados, para no ver nada con sus ojos ni oír con sus oídos, ni entender con la mente ni convertirse a mí para que yo los cure. (Mateo 13, 15)

  • Él le dijo: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. (Mateo 22, 37)

  • y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. (Marcos 12, 30)

  • Él le contestó: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo". (Lucas 10, 27)

  • Les has cegado sus ojos y has embotado su mente para que sus ojos no vean ni su mente comprenda; así no podrán convertirse ni yo los tendré que sanar. (Juan 12, 40)

  • Porque la mente de este pueblo se ha embotado, han tapado sus oídos y han cerrado sus ojos para no ver con sus ojos, ni oír con los oídos, ni entender con la mente, ni convertirse para que los cure. (Hechos 28, 27)

  • porque, conociendo a Dios, no lo glorificaron ni le dieron gracias; por el contrario, su mente se dedicó a razonamientos vanos y su insensato corazón se llenó de oscuridad. (Romanos 1, 21)

  • Y como no se preocuparon de tener el conocimiento cabal de Dios, Dios los abandonó a su mente depravada, que los empuja a hacer lo que no deben. (Romanos 1, 28)

  • Hasta hoy, siempre que leen a Moisés, el velo nubla su mente. (II Corintios 3, 15)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina