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  • Fuera herirá la espada; dentro, el espanto. Morirán el muchacho y la muchacha, el niño de pecho y el anciano encanecido. (Deuteronomio 32, 25)

  • Cuando le quitó el pecho, lo llevó consigo al templo del Señor en Silo. Llevó también tres novillos, media fanega de harina y un odre de vino. (I Samuel 1, 24)

  • A Nob, ciudad sacerdotal, Saúl la pasó a espada: hombres y mujeres, niños, hasta los de pecho, bueyes, asnos y ovejas. (I Samuel 22, 19)

  • Su hermano Absalón le dijo: "¿Ha estado contigo tu hermano Amnón? Por el momento, hermana mía, guarda silencio; es tu hermano. No tomes a pecho este asunto". Tamar se quedó, desolada, en casa de su hermano Absalón. (II Samuel 13, 20)

  • y le dijo: "¡Que mi señor no me tenga en cuenta la falta y que no recuerde el delito que cometió tu siervo el día en que mi señor, el rey, salía de Jerusalén! Que el rey no lo tome a pecho. (II Samuel 19, 20)

  • Cuando por la mañana me fui a levantar para dar el pecho a mi hijo, lo encontré muerto. Pero, examinándole luego atentamente a la luz del día, vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz". (I Reyes 3, 21)

  • Jazael le preguntó: "¿Por qué llora mi señor?". Él respondió: "Porque sé el mal que has de hacer a los israelitas: pondrás fuego a sus fortalezas, degollarás a espada a sus jóvenes, estrellarás a sus niños de pecho y abrirás en canal a sus embarazadas". (II Reyes 8, 12)

  • Quisieron incendiar mi tierra, pasar a los jóvenes al filo de la espada, estrellar contra el suelo a los niños de pecho, llevarse como botín a los muchachos y raptar a las doncellas. (Judit 16, 4)

  • ¿Responde un sabio con razones huecas? ¿Llena su pecho de viento solano? (Job 15, 2)

  • No me he apartado de los preceptos de sus labios, he guardado en mi pecho la palabra de su boca. (Job 23, 12)

  • Arrancan al huérfano del pecho, toman en prenda al lactante del pobre. (Job 24, 9)

  • Pero ¿a quién diriges tus discursos? ¿Quién empieza lo que sale de tu pecho? (Job 26, 4)


“Quem te agita e te atormenta é o demônio.Quem te consola é Deus”! São Padre Pio de Pietrelcina