pronađen 132 Rezultati za: veinte
Oseas, hijo de Elá, tramó una conjura contra Pécaj, hijo de Romelía, lo hirió, lo mató y le sucedió en el trono el año veinte de Jotán, hijo de Ozías. (II Reyes 15, 30)
Tenía veinte años cuando subió al trono, y reinó dieciséis años en Jerusalén; no hizo lo que es justo a los ojos del Señor, su Dios, como su padre David, (II Reyes 16, 2)
Le arrebató mil carros de combate e hizo prisioneros a siete mil soldados de caballería y a veinte mil de infantería. Desjarretó a todos los caballos de tiro, dejando sólo cien. (I Crónicas 18, 4)
Éstos eran los descendientes de Leví por familias, y éstos los cabezas de familia registrados en el censo nominal uno por uno. Estaban dedicados al servicio de la casa del Señor desde los veinte años. (I Crónicas 23, 24)
De hecho, según las últimas disposiciones de David, los levitas inscritos en el censo eran sólo mayores de veinte años. (I Crónicas 23, 27)
David no contó los menores de veinte años, pues el Señor le había prometido que multiplicaría a Israel como las estrellas del cielo. (I Crónicas 27, 23)
Comenzó la construcción el día veinte del segundo mes, el cuarto año de su reinado. (II Crónicas 3, 2)
Construyó; luego el lugar santísimo, de diez metros de largo, diez de ancho y diez de alto. Lo revistió de oro puro, por un peso total de unas veinte toneladas. (II Crónicas 3, 8)
Bajo el borde había alrededor de la pila dos series de figuras como de toros, veinte cada metro, fundidas con la pila en una sola pieza. (II Crónicas 4, 3)
todos los levitas cantores, Asaf, Hemán y Yedutún, con sus hijos y hermanos, vestidos de lino, sonaban los címbalos, las arpas y cítaras, de pie al este del altar, con ciento veinte sacerdotes que los acompañaban tocando las trompetas. (II Crónicas 5, 12)
Salomón construyó el templo del Señor y el palacio real en veinte años. (II Crónicas 8, 1)
Amasías reunió a los de Judá y los distribuyó en familias patriarcales bajo jefes de millar y centuria, por todo Judá y Benjamín. Registró a todos los mayores de veinte años, y sumaban trescientos mil hombres escogidos, aptos para la guerra y diestros en la lanza y el escudo. (II Crónicas 25, 5)