16. Al atardecer, cuando Jacob volvía del campo, Lía salió a su encuentro y le dijo: "Tienes que venir conmigo, porque he pagado por ti las mandrágoras que encontró mi hijo". Aquella noche Jacob durmió con ella,





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina