18. Al día siguiente, como la tormenta todavía arreciaba, los marineros comenzaron a arrojar el cargamento.





“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina