12. El rey y Iehoiadá se lo entregaban a los encargados de las obras de la Casa del Señor, y estos contrataban albañiles y carpinteros para restaurar la Casa del Señor, y también herreros y fundidores de bronce para repararla.





“A mulher forte é a que tem temor de Deus, a que mesmo à custa de sacrifício faz a vontade de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina