13. Su jefe, en efecto, al llegar a Persia con un ejército aparentemente invencible, fue descuartizado en el templo de Nanea, gracias a un ardid de los sacerdotes de la diosa.





“Um dia você verá surgir o infalível triunfo da justiça Divina sobre a injustiça humana”. São Padre Pio de Pietrelcina