16. Mientras el Arca del Señor entraba en la Ciudad de David, Mical, la hija de Saúl, se asomó por la ventana. Y al ver al rey David que saltaba y danzaba delante del Señor, lo despreció en su corazón.





“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina