Jueces, 11
32. Luego atacó a los amonitas, y el Señor los entregó en sus manos.
32. Luego atacó a los amonitas, y el Señor los entregó en sus manos.
“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina