27. Así santificarás el pecho de la ofrenda mecida y la pierna de la ofrenda reservada, es decir, lo que ha sido mecido y reservado del carnero de la investidura de Aarón y de sus hijos;





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina