1. El año veinticinco de nuestra cautividad, al comienzo del año, el día diez del mes, catorce años después de la caída de la ciudad, el mismo día, la mano de Yahveh fue sobre mí, y me llevó allá.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina