III Juan, 1

1. El Presbítero al querido Gayo a quien amo según la verdad.

Stihovi vezani uz III Juan, 1:

3 Juan 1 es un capítulo corto que contiene una carta de John dirigida a Gaio. En la carta, John elogia a Gaio por su fidelidad y hospitalidad a los hermanos de la Iglesia. También advierte a Diórefes, que estaba causando problemas en la Iglesia, y alaba a Demetrius. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas abordados en 3 Juan 1:

Proverbios 23:6-7: "No comas el pan de Aquel que tiene ojos malvados, ni cubierto con sus deliciosas delicias; porque, como imagina en su alma, así es; él dice: comer y beber; pero su corazón No está contigo ". Este versículo habla sobre cómo las intenciones de uno pueden ser reveladas por sus ojos y cómo debemos tener cuidado al aceptar la comida o la bebida de las personas con malas intenciones.

1 Juan 2:9-10: "El que dice que está a la luz y odia a su hermano, hasta ahora está en la oscuridad. El que ama a su hermano está a la luz, y en él no hay escándalo". John enfatiza la importancia del amor y la unidad entre los hermanos de la Iglesia, en contraste con el comportamiento de odio de los diotrefs.

1 Corintios 4:6: "Y estas cosas, hermanos, las apliqué en una figura para mí y Apolo, por el bien de ti; para que puedas aprender a no ir más allá de lo que está escrito, no enseñarte a favor de un contra otro ". Este versículo habla sobre la importancia de no ser superado o orgulloso, pero seguir las Escrituras y mantener la humildad, algo que Diotrefs no pudo hacer.

1 Timóteo 5:24-25: "Os pecados de alguns homens são manifestos antes de entrarem em juízo, mas em alguns, só depois. Da mesma maneira, as boas obras são manifestas antecipadamente, e as que não o são não podem ficar escondidas para siempre." John elogia la reputación de Demetrius y destaca cómo las buenas obras de alguien pueden ser evidentes para todos.

Santiago 5:9: "Hermanos, no se quejen el uno del otro, para que no sean juzgados. He aquí, el juez está en la puerta". John aconseja a sus lectores que no se quejen el uno del otro, sino que mantengan la paz y la unidad en la iglesia, algo que Gaio parece haber hecho bien al dar la bienvenida a sus hermanos con amor.