Job, 31
30. ¡Yo que no permitía a mi lengua pecar reclamando su vida con una maldición!
30. ¡Yo que no permitía a mi lengua pecar reclamando su vida con una maldición!
“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina