Salmos, 109
29. ¡Los que me acusan queden vestidos de ignominia, como en un manto en su vergüenza envueltos!
29. ¡Los que me acusan queden vestidos de ignominia, como en un manto en su vergüenza envueltos!
“Feliz a alma que atinge o nível de perfeição que Deus deseja!” São Padre Pio de Pietrelcina