Salmos, 116

16. ¡Ah, Yahveh, yo soy tu siervo, tu siervo, el hijo de tu esclava, tú has soltado mis cadenas!

Stihovi vezani uz Salmos, 116:

El Salmo 116 es una canción de agradecimiento por la liberación de una situación de angustia. El salmista declara su amor por el Señor y reconoce que solo él puede librarlo de la muerte. El salmista también declara su disposición a ofrecer un sacrificio de agradecimiento y servir al Señor.

Salmo 30:2-3: "Señor, Dios mío, lloro por ti por ayuda, y me sanas. Señor, sacaste mi alma de la tumba; a punto de bajar a la tumba, has devuelto mi vida. " Este versículo habla sobre la curación y la liberación del salmista, así como del Salmo 116. El salmista reconoce que Dios puede sanar y salvar.

Salmo 56:12-13: "Haré los votos que te hice, oh Dios; presentaré mis ofertas de gratitud. Porque me has liberado de la muerte y mis pies para tropezar, para que pueda caminar ante Dios en el luz de la vida ". Como en el Salmo 116, el salmista aquí reconoce que el Señor lo entregó de la muerte y promete hacer votos y ofrendas de gratitud.

Salmo 66:16-19: "Ven y escúchan a todos los que temen a Dios; te diré lo que hizo por mí. Le lloro con su boca; lo alabé con su lengua. Si hubiera mantenido el pecado en el corazón , el Señor no me habría escuchado, pero Dios me escuchó, prestó atención a mi oración ". Este versículo destaca la importancia de gritar y alabar a Dios, tal como lo hizo el salmista en su angustia en el Salmo 116.

Salmo 118:17: "No moriré; pero seré para anunciar lo que el Señor ha hecho". Este versículo es una declaración de victoria y gracias por la liberación del Señor. El salmista reconoce que ha sido salvado de la muerte y ahora tiene el propósito de anunciar lo que el Señor ha hecho.

Salmo 146:7-8: "Él defiende la causa de los oprimidos y le da comida a los hambrientos. El Señor libera a los prisioneros; el Señor da una visión a los ciegos, el Señor cría al sacrificio; el Señor ama a los justos". Este versículo destaca las acciones de Dios a favor de los necesitados, y su disposición a liberar y sanar a quienes lloran por él, así como en el Salmo 116.