Santiago, 1

La Biblia de Jerusalén

1 Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus de la Dispersión.

2 Considerad como un gran gozo, hermanos míos, el estar rodeados por toda clase de pruebas,

3 sabiendo que la calidad probada de vuestra fe produce la paciencia en el sufrimiento;

4 pero la paciencia ha de ir acompañada de obras perfectas para que seáis perfectos e íntegros sin que dejéis nada que desear.

5 Si alguno de vosotros está a falta de sabiduría, que la pida a Dios, que da a todos generosamente y sin echarlo en cara, y se la dará.

6 Pero que la pida con fe, sin vacilar; porque el que vacila es semejante al oleaje del mar, movido por el viento y llevado de una a otra parte.

7 Que no piense recibir cosa alguna del Señor un hombre como éste,

8 un hombre irresoluto e inconstante en todos sus caminos.

9 El hermano de condición humilde gloríese en su exaltación;

10 y el rico, en su humillación, porque pasará como flor de hierba:

11 sale el sol con fuerza y seca la hierba y su flor cae y se pierde su hermosa apariencia; así también el rico se marchitará en sus caminos.

12 ¡Feliz el hombre que soporta la prueba! Superada la prueba, recibirá la corona de la vida que ha prometido el Señor a los que le aman.

13 Ninguno, cuando sea probado, diga: «Es Dios quien me prueba»; porque Dios ni es probado por el mal ni prueba a nadie.

14 Sino que cada uno es probado por su propia concupiscencia que le arrastra y le seduce.

15 Después la concupiscencia, cuando ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, una vez consumado, engendra la muerte.

16 No os engañéis, hermanos míos queridos:

17 toda dádiva buena y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de rotación.

18 Nos engendró por su propia voluntad, con Palabra de verdad, para que fuésemos como las primicias de sus criaturas.

19 Tenedlo presente, hermanos míos queridos: Que cada uno sea diligente para escuchar y tardo para hablar, tardo para la ira.

20 Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.

21 Por eso, desechad toda inmundicia y abundancia de mal y recibid con docilidad la Palabra sembrada en vosotros, que es capaz de salvar vuestras almas.

22 Poned por obra la Palabra y no os contentéis sólo con oírla, engañándoos a vosotros mismos.

23 Porque si alguno se contenta con oír la Palabra sin ponerla por obra, ése se parece al que contempla su imagen en un espejo:

24 se contempla, pero, en yéndose, se olvida de cómo es.

25 En cambio el que considera atentamente la Ley perfecta de la libertad y se mantiene firme, no como oyente olvidadizo sino como cumplidor de ella, ése, practicándola, será feliz.

26 Si alguno se cree religioso, pero no pone freno a su lengua, sino que engaña a su propio corazón, su religión es vana.

27 La religión pura e intachable ante Dios Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en su tribulación y conservarse incontaminado del mundo.




Versículos relacionados com Santiago, 1:

El Capítulo 1 de St. James trata sobre la perseverancia en el juicio y la importancia de escuchar y practicar la Palabra de Dios. Para proporcionar cinco versos relacionados con los temas cubiertos en este capítulo, excluiremos los versos de St. James.

Romanos 5:3-4: "No solo eso, sino que también gloremos en las tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce perseverancia; perseverancia, un personaje aprobado; y el personaje aprobado, la esperanza". Este versículo muestra que la perseverancia en el juicio produce un personaje aprobado por Dios y, finalmente, esperanza.

Hebreos 12:1: "Por lo tanto, nosotros, como tenemos una nube tan grande de testigos, nos dejamos toda la vergüenza y el pecado que nos rodea tan de cerca, y con perseverancia, la carrera que se propone con nosotros". Este versículo insta a los cristianos a dirigir su carrera de vida con perseverancia y dejar de lado la vergüenza y los pecados.

1 Pedro 1:22: "Purificar tu alma en obediencia a la verdad, por amor fraternal poco saludable, te amo con un corazón puro". Este versículo muestra la importancia de obedecer la verdad de Dios y amarse con un corazón puro.

Lucas 11:28: "Pero él respondió, más bien, ¡benditos los que escuchan la Palabra de Dios y la guardan!" Este versículo destaca la importancia de escuchar y mantener la Palabra de Dios.

Juan 13:17: "Sabes estas cosas, bendito que lo estás si las practicas". Este versículo enfatiza la importancia de practicar lo que se sabe, no solo escuchar y conocer la Palabra de Dios.



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