9. Corrió Ana y se echó al cuello de su hijo, diciendo: «¡Ya te he visto, hijo! ¡Ya puedo morir!» Y rompió a llorar.





“Que Nossa Mãe do Céu tenha piedade de nós e com um olhar maternal levante-nos, purifique-nos e eleve-nos a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina