34. El Faraón, viendo que habían cesado la lluvia y el granizo, perseveró en su pecado, endureciendo su corazón él y sus servidores.





“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina