2. Sigue la historia de Jacob. José tenía diecisiete años cuando iba a apacentar el rebaño con sus hermanos, los hijos de Bihl y de Zilpa, mujeres de su padre. Y José contó a su padre la mala fama que tenían sus hermanos.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina