8. Entonces el rey Joás llamó al sacerdote Yehoyadá y a los demás sacerdotes, y les dijo: "¿Por qué no habéis reparado aún los desperfectos del templo? De aquí en adelante no recibiréis más el dinero de vuestros conocidos, sino que lo entregaréis para los desperfectos del templo".





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina