II Samuel, 15
32. Al llegar David a la cumbre, donde se adora a Dios, le salió al encuentro Jusay, el arquita, con los vestidos desgarrados y polvo sobre su cabeza.
32. Al llegar David a la cumbre, donde se adora a Dios, le salió al encuentro Jusay, el arquita, con los vestidos desgarrados y polvo sobre su cabeza.
“Se você fala das próprias virtudes para se exibir ou para vã ostentação perde todo o mérito.” São Padre Pio de Pietrelcina