9. ¡Despierta, despierta; vístete de fuerza, brazo del Señor; despierta como antaño en los días de las generaciones antiguas! ¿No eres tú el que partió en dos a Rahab y traspasó al dragón?





“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina