3. Por este mismo motivo Salomón ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los santuarios de las lomas, a pesar de que amaba a Yavé y seguía los preceptos de David, su padre.





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina