22. Al marchar, dejó ministros suyos para reprimir a nuestra raza. En Jerusalén, a Filipo, de origen frigio y de modales más bárbaros que el que lo había puesto. En Garizim, a Andrónico, y a éstos hay que añadir a Menelao, que los ganaba por su odio a sus conciudadanos;





“A maior caridade é aquela que arranca as pessoas vencidas pelo demônio, a fim de ganhá-las para Cristo. E isso eu faço assiduamente, noite e dia.” São Padre Pio de Pietrelcina